Gerente General habla sobre los desafíos de la industria y la evolución de la companía.
Por más de 64 años Copefrut ha sabido ir enfrentando los desafíos de la agroindustria, innovando y rompiendo paradigmas con el fin de compartir los mejores productos frutícolas. Hoy, exporta a más de 60 países en los 5 continentes, renovándose continuamente para así, según sus palabras “entregar lo mejor de los campos de Chile hacia el mundo”.
Andrés Fuenzalida, Gerente General de Copefrut habló con PortalFrutícola.com sobre las principales tendencias y desafíos de la industria frutícola. Asimismo, comenta cómo la compañía ha ido evolucionando para desafiar los paradigmas y enfrentar los cambios para mantenerse a la vanguardia.
¿Cuáles han sido los desarrollos más significativos que se han llevado a cabo en los últimos años en Copefrut?
Desde el primer día hemos sido innovadores y valientes, capaces de enfrentar las adversidades de la industria. Por eso, en 2018 nos propusimos un gran desafío: realizar un análisis profundo de nuestro negocio y así ver qué tan bien estábamos preparados para enfrentar los desafíos del futuro. Para ello nos asesoramos con expertos y fue así como a través de un trabajo en conjunto, que contempló la visión de todos nuestros grupos de interés, se logró definir una nueva estrategia de negocio para los próximos cinco años.
Hoy, Copefrut está cambiando, nos estamos modernizando y queremos hacerlo visible al mundo para contar sobre nuestra nueva forma de comercializar que tiene foco en nuestros consumidores.
Para ello, implementamos una nueva plataforma en Asia, lo que permite a la compañía comercializar de una manera distinta a la tradicional, verificando que la calidad y condición de la fruta en el destino cumpla con los altos estándares exigidos por el mercado asiático.
A nivel de productores hemos realizado alianzas estratégicas que nos permitan proyectar una relación de confianza, compartiendo los beneficios de los desarrollos que existan en los distintos productos y mercados, pero también asumiendo riesgos compartidos.
A nivel operativo hay una inversión importante en los procesos de selección y embalaje. Hemos venido generando mayor eficiencia y optimización ya sea para mejorar día a día nuestros productos, como también para ir optimizando los costos. Para eso recientemente se hizo una inversión en una nueva línea de cerezas en la Planta Cenkiwi, ubicada en Teno. La inversión se trata de más de 20 millones de dólares desde el 2017 a la fecha, con el fin de aumentar la capacidad de proceso, potenciar sistemas de refrigeración y brindar un mejor trato a la fruta.
A nivel interno, contamos con todo un plan comunicacional muy activo, donde actualizamos nuestro sitio web y creamos nuestras Redes Sociales para estar en contacto con comunidad, colaboradores y grupos de interés, así dar cuenta de compromisos que vamos tomando y acciones que vamos llevando a cabo.
¿Qué medidas y/o tendencias en términos de sostenibilidad han estado adoptando?
Como Copefrut estamos en una etapa de poder levantar métricas para saber dónde estamos parados en este tema: cuánta agua consumimos, energía en nuestros procesos productivos, etc. También de migrar para ir hacia una agricultura más limpia, donde el paso que hemos dado hacia la agricultura orgánica muestra de manera completa el compromiso que tiene Copefrut en el tema ambiental.
Desde el 2019 hemos mantenido nuestro compromiso con la sostenibilidad del planeta, y para eso ya tenemos en marcha 3 iniciativas: bolsas compostables, bins reutilizables y análisis de residuos; que nos ayudarán a disminuir nuestra huella en cuanto a los materiales utilizados para la exportación de fruta y los residuos generados por nuestros actuales formatos de embalaje.
A través de proyectos fotovoltaicos y mejoras en el uso de energía, esperamos cubrir cerca de un 25% de la energía total que consumimos con energías renovables dentro de los próximos 3 años.
El compromiso de Copefrut en este aspecto es real, es decir, queremos ser y parecer. Por lo anterior, más allá de cambios cosméticos en nuestra forma de funcionar, intentamos hacer cambios de base en las distintas áreas que, aunque requieren más tiempo y esfuerzo, esperamos perduren en el tiempo y tengan un impacto real.
En cuanto al recurso hídrico ¿de qué manera enfrentan la sequía en Chile?
Lo primero es entender que en Chile todavía hay poca inversión, poca claridad y como Copefrut, a nivel de gremio, apoyamos y participamos activamente en inversiones y políticas que den certeza al recurso hídrico para una industria tan importante en nuestro país.
Creemos que se debe empezar a medir y fijar metas al respecto. Primero, levantar cuánta agua estamos consumiendo en campos, a nivel productivo de nuestros procesos, y a partir de eso ir fijando metas que vayan a objetivos respecto a la racionalización de uso de agua.
En términos concretos, como compañía hemos organizado una serie de encuentros y charlas con especialistas para ir discutiendo y poniendo sobre la mesa de la industria las técnicas que sean más efectivas para el cuidado del agua. Además, en nuestra última edición de nuestra revista frutícola, se abordó a cabalidad el tema con artículos de estrategias para enfrentar la restricción hídrica.
Por otro lado, hemos implementado técnicas en huertos como: tecnificación del riego, correcta ejecución de las labores de campo, utilización de medidores de humedad, capacitaciones, uso de mulch, uso de cubiertas o mallas, entre otras. Y a nivel operativo, hemos disminuido en un 60% el uso y consumo del agua. Esto lo realizamos tanto en procesos de presizer, como en estanques de vaciado, donde mantenemos los niveles de cloro o filtraje de agua para aprovecharlo y así disminuir el consumo.
Desarrollo de industria orgánica y principales frutas
¿Cómo ha sido el desarrollo de la industria orgánica y cómo se complementa a la producción convencional?
Sabemos que hoy nuestra fruta es valorada no solo por su calidad y frescura, sino también por la manera por la cual fue cultivada, procesada, embalada y posteriormente trasladada.
Hace algunos años comenzó el plan de transformación de los primeros huertos orgánicos bajo el alero de Copefrut. Luego de la inquietud de algunos productores y del departamento de producción de la compañía, se comenzó con la etapa de transición de huertos para lograr comercializar una nueva forma de fruticultura que viene a responder tendencias de ciertos mercados más desarrollados como el de Estados Unidos y Europa principalmente.
Para lograr los estándares y certificaciones que son diferentes a las de la fruta convencional, se han ido especializando equipos en torno a esta cultura, con capacitaciones que van desde las formas de cultivo, los recursos y materiales ecofriendly con los cuales trabajar, como también en el uso adecuado de las herramientas y procesos que se utilizan a lo largo de toda la cadena.
En el negocio de las cerezas ¿Qué áreas clave han estado trabajando?
Lo que se ha hecho, en primer lugar, poder obtener un producto de alta calidad, y para eso hay un trabajo conjunto a nivel de huerto, donde los indicadores o el trabajo agrícola son fundamentales para así obtener características del producto que necesitan nuestros mercados.
Desde el año pasado nos hemos ocupado y tomado control sobre operatividad y logística en principales mercados de destino, de manera de asegurar un producto fresco, rico y de la más alta calidad. Además, se ha trabajado a nivel agrícola el concepto de árboles equilibrados (bien balanceado, relación hoja-fruto) que nos permite asegurar por un lado tamaño, colores pero por otro el nivel de azúcar, que además del dulzor son las reservas energéticas que nos permiten enfrentar el viaje que va a tener esa fruta.
Es decir, los tiempos, la logística, el manejo de frio son fundamentales, y estar siempre a la vanguardia de tener la mejor tecnología posible de embalaje.
¿Qué esperamos ver en los próximos años en cuanto a los arándanos de Copefrut?
Los arándanos están hoy enfrentados a un mercado muy distinto del que existía hace 3 o 4 años atrás, principalmente porque hoy existen producciones en lugares donde no existían, lo que ha ido aumentando significativamente la producción mundial, como es el caso de Perú, por ejemplo, que hace 5 años era un actor casi inexistente, y hoy ya es un actor más grande que Chile, y con proyecciones de seguir creciendo. También es el caso de México y Marruecos, con proyectos importantes de plantaciones que proyectan a futuro un aumento importante en la oferta.
La buena noticia es que también de la mano de esta oferta ha ido aumentando la demanda, y hoy los consumos per cápita de un producto de nicho se transforman en un producto que tiene espacio en las góndolas de principales mercados en supermercados, como el caso de Norteamérica y Europa.
El desafío hacia futuro es que, con este aumento en la oferta, las exigencias también vayan aumentado, lo que nos reta a lograr producir un producto en la ventana chilena de la más alta calidad, y nos desafía a la reconversión hacia aquellas variedades, como prácticas de manejo productivo y sobre todo de cosecha, donde hoy el margen es 0. Hoy tiene que ir de mano con que los campos logren una mayor producción, kilos de fruta con los atributos deseados por los mercados de mayor valor (llámese sabor tamaño, y pruina).
¿Cómo se van renovando en el negocio de las manzanas?
La manzana es hoy un producto que presenta muchos desafíos para Chile. Esto es una consecuencia de la mayor producción y oferta que existe de las manzanas a nivel mundial por un lado, así como también de los manejos de tecnología postcosecha que hoy permite al hemisferio norte poder conservar muy bien las propiedades de la manzana durante todo el año.
Eso hoy se traduce en que huertos en que las condiciones anteriores eran rentables, hoy tienen que generar un cierto estándar mínimo para poder sostener el negocio. En términos concretos, eso significa que nuestros huertos deben migrar a sistemas de alta densidad, de muy buena genética donde podamos -para las distintas propiedades- asegurar un mínimo de kilos de una cierta calidad; lo que no es lograble en todas las zonas de Chile ni en todos los campos de nuestro país. Y eso nos lleva a trabajar de manera mucho más precisa, para ir llevando esos huertos a los tonelajes y calidades que aseguren la rentabilidad para sostener este negocio.
Asimismo, Chile debe hacer un trabajo más importante de marca, que haga frente al creciente interés de parte de los consumidores por tener producto cercano (local), y eso se logra con una imagen país por un lado, pero también con generar datos donde podamos dar cuenta que acá se produce agricultura sostenible, limpia, donde se pueda ir midiendo las emisiones de huella carbono, y ponernos metas como industria que hagan frente a esta gran consciencia que existe a nivel de consumidores.
Nueva imagen, innovación y desafíos
¿Qué significó y cómo fue la respuesta del lanzamiento de la nueva imagen corporativa desde mayo hasta ahora?
Para Copefrut, luego de 65 años de historia, significaron muchas cosas. Obviamente un cambio de imagen responde a cambios internos, y luego de este tiempo, creíamos que era importante poder proyectar a Copefrut hacia el mundo como una compañía que se involucra más en aspectos de innovación y desafíos de este siglo, que van de la mano a compromisos sociales y medioambientales. A raíz de eso se genera este cambio de imagen, que comunica estos valores hacia nuestros grupos de interés.
Hoy contamos con orgullo que hemos renovado nuestra marca: renovamos nuestro logo, se definió una nueva estrategia de negocios y creamos un propósito corporativo: “Aportamos calidad de vida compartiendo nuestra fruta”.
Nuestra nueva marca es fresca, innovadora y a la vez cercana. Proyecta que somos una empresa con respaldo, que genera confianza y que es tradicionalmente innovadora en función de buscar esa fruta querida por los mercados. Transparenta lo maravilloso de mantener lazos de cariño, comprometidos con la calidad e inocuidad alimentaria, con el respeto al medio ambiente y con el cuidado ético-social a lo largo de todo lo que hacemos.
Copefrut es conocido por sus innovaciones. ¿Qué nuevas innovaciones o tecnología de vanguardia han implementado recientemente?
A nivel genético estamos buscando constantemente nuevas innovaciones para poder lograr producir productos que vayan de la línea con lo que demandan los mercados. Estamos tanto en cerezas, manzanas, arándanos, kiwis en búsqueda constante de mejores opciones. Participando en programas genéticos de todos ellos.
A nivel agrícola, estamos permanentemente buscando fórmulas de inversión y probando distintas tecnologías, financiándolas a nuestros productores para cuidar y mejorar aquellos atributos que nos interesan: uso de cobertores, mallas, hidrocooler a nivel de huerto, entre otros.
A nivel de proceso, estamos incorporando nuevas tecnologías así como también buscando desarrollar embalajes que vayan pensando cada vez más en el consumidor, que nos permitan de manera eficiente responder a esas tecnologías. El desafío con los embalajes va de la mano en ver que va a pasar con estos al final de la cadena, donde hoy estamos probando que sean reutilizables, y por ende que haya alguien al final de la cadena que los recolecte. Al mismo tiempo estamos probando tecnología de embalaje de polímeros para bolsas que sean de origen vegetal, que nos permitan usar bolsas que en su ciclo terminen en un trajo de compostaje. En eso estamos a la vanguardia como industria.
¿Qué desafíos tienen planteados como industria a nivel global?
Asoex ha liderado e impulsado el estudio más completo que se ha hecho jamás en la industria frutícola con el fin de poder medir, cuantificar y dimensionar la competitividad de la industria frutícola chilena. A partir de este estudio, en que se entrevista y encuesta a una serie de actores, esperamos poder sacar acciones concretas tanto a nivel agrícola, como también de exportadora. Además de avanzar en políticas que nos permitan identificar brechas u oportunidades de mejora a nivel frutícola.
Por otro lado, hoy tenemos consumidores mucho más empoderados e informados, que crecientemente están exigiendo una agricultura más limpia, sostenible y en línea con valores del cuidado del medio ambiente y sociales. Y en eso, es importante agregar que, como industria estamos al debe. A nivel tecnológico, la productividad que a su vez conlleva costos, y la incorporación de tecnología también estamos al debe. Tenemos niveles de productividad mucho más bajos que países competidores, y debemos ir desarrollando tecnología genética y de procesos para incorporarla y poder sostener costos de tecnología de cosecha, de robots.